Rubén Olvera Pichardo. Título: "La consigna es: Dignidad"

El Caso Ayotzinapa es solamente la punta del iceberg.

Las violaciones graves contra los derechos humanos son una constante histórica que pisotea la dignidad especialmente de las personas racializadas a lo largo de todo el territorio nacional mexicano y Latinoamérica.

La sangre de los pueblos originarios y de las comunidades y naciones indígenas, es sin duda una de las más derramadas que forma parte de estos ríos desbordantes de violencias.

Ante un sistema racista que ha pretendido silenciarles e invisibilizarles, que les ha negado el reconocimiento de sus derechos humanos y búsqueda de justicia, en cada grito y manifestación su voz resuena entre superficies de concreto y sus consignas parecen hacer temblar el suelo de la Ciudad de México. Frente al edificio de la Fiscalía General de la República, miradas dignas y una petición concreta, “Justicia”.

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, fuerte y claro, en boca de personas jóvenes normalistas que parecieran llevar sobre sus hombros todo el peso de la historia que tan repetidas veces ha apuñalado a sus ancestros y ancestras, abuelos, abuelas, padres y madres por la espalda. Hace enchinar la carne.