Ximena Becerril Tapia Título: "Abrazo Colectivo"

“Traer el nopal en la cara”, ser color “llanta", “cartón”, “centavo”. Expresiones que han sido referentes para describir la prietud.
Aquella prietud que para la blanquitud y la supremacía blanca mexicana es símbolo de humillación, burla, chistes, memes.
Somos agresivos, salvajes, “corrientes”... en fin, todo adjetivo que no quepa dentro de sus categorías coloniales.

Y todo esto como consecuencia de un racismo que millones pensamos había quedado en el pasado, pero ¿en qué momento el “tiempo” hizo que el problema dejara de ser menos grave o visible?

Racismo, un sistema de opresión cuya punta del iceberg es negada en México, se piensa inexistente. Pero no te atrevas a hablar de él porque serás una prietx, resentidx, exageradx, alguien que no deja ir el “pasado”.

Muchos se defienden con la idea de que la humanidad está salvada porque nuestras libertades fundamentales están escritas en un papel. Y es una lastima que ni siquiera llamándose derechos humanos sea suficiente para respetarlos. Por eso, en vez de hablar de las cosas escritas, ¿por qué no mejor hablamos de aquellas que aún no se borran? Esos llamados estereotipos y prejuicios. Porque los escuchamos diario, los leemos diario, suceden diario. Y no siempre se hablan, se señalan u observan. La normalización fue nuestra condena.

Ahora unx se pregunta, ¿cómo amar nuestra piel morena si cuando se busca belleza nos han dicho, “aclárate”, “blanquéate”?
La televisión llena de blanquitud y heteronormatividad, donde se nos enseña cómo debe lucir el amor, como se debe ver la belleza y quienes deben ser los que nos representan. Por eso, estamos hartos de la critica sin empatía y de él análisis sin las vivencias.

Y por eso existe este abrazo colectivo.
Un abrazo que nos recuerda que él vivir nuestra cuerpa y sexualidad es resistencia.
Un abrazo que nos permite entender la forma en la que el mundo quedó dividido.
Un abrazo que escucha diferentes vivencias y contextos.
Un abrazo que representa el antirracismo, y que si bien el proceso es doloroso al darnos cuenta de las cosas que nos han arrebatado, pero nos recuerda que el amor no solo se puede ver representado como un matrimonio, si no que el amor pueden ser las personas que escuchan, que acompañan, que luchan y que resisten.

Que vivan las cuerpas prietas y negras.
Que vivan las voces con acentos del norte o del sur.
Que vivan las comunidades indígenas en resistencia.
Que vivan las comunidades afromexicanas en resistencia.
Que viva el amor en el movimiento antirracista.